DESCONECTANDO POR GALICIA EN AUTOCARAVANA

Por Paula Velasco

Allá por diciembre disfrutamos de una autocaravana gratis durante un fin de semana por cortesía de Yakart Autocaravanas. Nos había tocado en uno de los sorteos del primer aniversario de GaliciaTB, la asociación de bloggers de viajes de Galicia, y la verdad fue toda una sorpresa (¡y una alegría!) haber tenido la suerte de conseguir este premio. Las autocaravanas son algo que me fascina desde siempre y después de mi primera y única experiencia en una, que fue yendo al festival de música SOS 4.8 en Murcia, mi opinión al respecto sigue siendo la que era: algún día me compraré una, o una furgoneta camper, quién sabe, pero eso de llevar la casa a cuestas y pararte en cualquier lugar no tiene precio. Como decía mi compañera Carmen en su entrada sobre las ventajas y desventajas de hacer un largo viaje en furgoneta, ver amanecer en lugares diferentes cada día no tiene precio (por cierto, ¿habéis visitado su blog Viajeros en camino?).

Stitched Panorama

Nuestra pequeña casita móvil.

Nuestra escapada cual caracoles fue breve pero intensa, y desconectamos del mundo muy a gusto. Este fue nuestro recorrido:

VIERNES

Recogemos la autocaravana en Yakart Autocaravanas, A Coruña, sobre las 19:00 y después de hacer todos los trámites, salimos con ella en dirección al que llaman banco más bonito del mundo”, que se encuentra en Loiba, Ortigueira, una zona de acantilados escarpados y mar abierto que no deja indiferente a nadie.

Llegamos de noche y cometemos el error de meternos con la autocaravana por una calle del pueblecito bastante estrecha por la que no podemos continuar debido a las dimensiones de nuestra “casa”, así que después de maniobrar durante un rato en la oscuridad y teniendo como espectador a un señor mayor, conseguimos volver a la carretera y tomar otro camino para dirigirnos a los acantilados a pasar la noche. Por fin sobre las 22:00 estamos aparcados frente al mar abierto, oyendo las olas romper contra las rocas, cenando en nuestro saloncito y alucinando al salir a mirar al cielo y ver semejante cantidad de estrellas.

SÁBADO

Amanecemos con el sonido de nuestros vecinos, otros autocaravanistas que han aparcado junto a nosotros. Hace un día precioso, una temperatura digna de otoño y nos quedamos boquiabiertos con el paisaje. No habíamos podido verlo la noche anterior en la oscuridad y despertarnos con la sorpresa fue empezar bien el día.

Stitched Panorama

Despertarse y ver este paisaje no tiene precio.

Decidimos desayunar fuera en una de las mesas de madera destinadas a excursionistas y disfrutar del sol y del calorcito. Nos lo tomamos con calma, por aquello de disfrutar al 100% de los momentos de relax, y lo cierto es que empezamos a fantasear con la idea de “¿y si viviésemos así siempre, sin prisas y de un lado para otro?”. Al no tener ataduras y trabajar online podría ser una posibilidad…

Salimos en dirección al famoso banco aunque nos vamos encontrando otros bancos por el camino y siempre creemos que son el que buscamos, pero no. Afortunadamente, cuando lo encontramos no hay las colas enormes de personas esperando para sentarse en él que habíamos visto en varios medios de comunicación. Podemos sentarnos tranquilamente y comprobar si es cierto lo que dicen. Y sí. Totalmente cierto. Puedo confirmar que estuve sentada en él unos 20 minutos de los que no recuerdo absolutamente nada, me evadí totalmente y solo me dediqué a observar a las gaviotas, ver el mar, escuchar las olas y descansar la mente.

Stitched Panorama

Paz, tranquilidad, aire puro y mente en blanco  en el banco más bonito del mundo.

Al “despertar” del letargo, continuamos paseando por un pinar cercano, bajamos a una pequeña playa y paseamos hasta el pueblo, donde hacemos nuevos amigos en forma de cabras y perros, y decidimos pasar una noche más allí y continuar con la escapada al día siguiente.

DOMINGO

Nos levantamos, de nuevo con calma, y desayunamos otra vez mirando al mar y, aunque el día no es tan bueno como el anterior, no hay amenaza de lluvia. Decidimos poner rumbo a las fragas do Eume”, parque natural de la provincia de A Coruña que ofrece uno de los bosques atlánticos mejor conservados de Europa, o al menos lo ofrecía, ya que en marzo de 2012 ardió parte del parque por culpa de un incendio que duró tres días y que destruyó unas 750 hectáreas. Aun así, la entrada al parque es espectacular, ya que la espesura de los árboles va creando una bóveda sobre nuestras cabezas y en algunas zonas apenas vemos el cielo.

Aparcamos y nos dirigimos al monasterio de Caaveiro, que data del siglo X y pasó por las manos de diferentes órdenes de monjes y nobles hasta casi nuestros días. La visita guiada al monasterio es más que recomendable: la guía es encantadora, como buena historiadora conoce hasta el más mínimo detalle y todo lo explica bien y manteniendo el interés de los visitantes. Un diez para ella.

Stitched Panorama

Día algo más gris en el monasterio de Caaveiro, en pleno corazón de las fragas do Eume.

Cuando empieza a anochecer decidimos que ya es hora de arrancar hacia A Coruña y de devolver la autocaravana, mal que nos pese. La sensación de volver a casa en nuestro coche después de estar acostumbrados a la amplitud de la casita móvil es toda una experiencia, ¡y eso en solo dos días! Hasta que no tengamos nuestra autocaravana propia, repetiremos la experiencia sin duda.

———————

Lo mejor: la sensación de libertad y de disfrute pleno que proporciona un vehículo como este y la rapidez con la que empezamos a sentirnos como en casa.

Lo peor: ni se os ocurra bajar las persianas de una autocaravana. Son prácticamente de papel y cuando quieras subirlas pueden ocurrir accidentes por muy cuidadoso que seas. Y creedme, ¡salen caras!

Más información: podéis seguir a Yakart Autocaravanas en Facebook y en Twitter o visitar su página web. Tienen una buena flota de vehículos, todos prácticamente nuevecitos y muy recomendables para hacerse un buen viaje por carretera.

2 Respuestas a “DESCONECTANDO POR GALICIA EN AUTOCARAVANA

Deja un comentario